Hay libros que duran un día, y son buenos. Hay otros que duran un año, y son       mejores. Hay los que duran muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que       duran toda la vida: esos son los imprescindibles. Y este libro es uno de los       que duran toda la vida: un cofre del tesoro que, al abrirse, nos inunda de       preguntas y enigmas, de números que de tan grandes son infinitos (y distintos       infinitos), de personajes que uno querría tener enfrente en una charla de       amigos.       
 
             Adrián Paenza no sólo se pregunta por qué la matemática tiene mala prensa: se       preocupa muy especialmente por acercarnos a esta búsqueda de patrones y       regularidades y logra contagiarnos su entusiasmo a toda prueba. Preguntón como       pocos, Paenza nos envuelve en un universo en el que reina la ciencia, pero       donde no quedan afuera los amigos, los enigmas, la educación y las anécdotas de       una vida dedicada a contar y enseñar.
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